lunes, 16 de mayo de 2016

4 GRANDES ERRORES QUE COMETÍ, COMO ESPOSA... HOY SOY LA EX!!



4 GRANDES ERRORES QUE COMETÍ, COMO ESPOSA...
HOY SOY LA EX!!

Cuando Sloane Bradshaw se divorció de su esposo de 10 años de matrimonio, pasó meses culpándolo a él del fracaso de su relación.

El la había engañado, después de todo, ¿A quién más había que culpar?, pero cuando empezó a hacer terapia tuvo que enfrentar la verdad: Una relación se construye de a dos y cuando termina ambos son responsables. Estás son 4 cosas que Sloane sacó en claro:




1- Puse a mis hijos primero:

Es fácil amar a tus propios hijos. No tienes que esforzarte mucho y ellos te adoran sin importar lo que hagas. El matrimonio es totalmente opuesto: Significa trabajo. Y cada vez que mi matrimonio comenzaba a sentirse como algo que necesitaba mucho trabajo, me alejaba y llevaba a los niños al museo o de paseo. Usualmente planeaba estás aventuras cuando sabía que mi esposo no podría ir (y arruinar lo bien que lo pasaríamos).

Me decía a mi misma que estaba bien porque el prefería trabajar y siempre parecía de mal humor cuando salíamos todos juntos. Gran parte de las noches escogía acurrucarme con ellos, culpando lo tarde que le se acostaba. Como resultado, muy pocas veces estábamos juntos y solos y casi nunca teníamos noches en las que estuviéramos sin los niños. Quizás una vez al año, para nuestro aniversario.




2 - No le puse limites a mis padres:

Mis padres iban a nuestra casa frecuentemente, a veces incluso llegaban sin siquiera avisar. Nos "ayudaban", con las cosas de la casa, haciendo tareas que ni les pedíamos, cómo doblar nuestras ropa limpia (de forma incorrecta). Íbamos de vacaciones con ellos.

Ellos retaban a nuestros hijos en frente de nosotros. Mis propios miedos de molestar a mis padres me hacían evitar ponerlos en sus lugar. Hubo pocas veces que si defendí la autonomía de mi familia. Mi esposo, literalmente, se había casado con toda la familia.




3 - Lo herí:

Creí que el amor tenía que ver con la honestidad, pero todos sabemos que la verdad duele. A medida que comenzamos a estar más cómodos, (léase perezoso) con nuestra relación, dejé de intentar decir las cosas de forma amable. Hablaba mal de él con mis amigos, mi madre y mis compañeros de trabajo. Todo el tiempo. "¿Puedes creer que no hizo esto?" "¿Por qué no hizo eso?".

En vez de aumentar su autoestima, la pisotee. Lo empequeñecía a menudo, diciendo que su trabajo no era importante y refiriéndome a malos términos a sus amigos, Lo regañaba por hacer mal las cosas y honestamente, era sólo porque no lo hacía a mi manera. A veces le hablaba como si fuera un niño.

Controlaba el dinero de nuestra familia y manejaba cada centavo que el gastaba. Y en la cama...  adivinas bien, también lo hacía todo mal y no me importaba decírselo. A medida que nuestro matrimonio se quebraba, encontraba que continuamente miraba sus errores y faltas para justificar mi superioridad. Al final, no tenía respeto por él y me aseguraba que el lo supiera y lo sintiera todos los días.

4 - No me moleste en aprender a discutir de forma adecuada:

Sé que suena extraño sugerir que existe una forma adecuada de discutir, pero la verdad es que si existe, Usualmente mantenía la paz en nuestro hogar manteniendo mi boca cerrada cuando había cosas que me molestaban. Cómo podrás imaginar, todas estás cosas pequeñas me volvían loca y me convertían en un volcán de irá que ocasionalmente hacía erupción de forma desproporcionada.

Y por ira, me refiero a ira así como se define clinicamente. Cuando todo volvía a la calma, justificaba mi irá diciendo que una mujer tiene un límite para las cosas que puede soportar. Cuando miro hacía atrás, era una persona que realmente daba miedo durante esos episodios.

Escribo esto no porque espere que él me perdone. Sino porque no puedo creer todo el tiempo que tuve la cabeza escondida en la arena. Espero que otras mujeres logren salir a las superficie y logre mirar bien a su alrededor. Y si bien me duele que mi esposo haya decidido resolver nuestros problemas en la cama de otra mujer cuando conversar y terapia nos hubiese ayudado, sé que tampoco estuve ahí para él.




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