Uno de los problemas más recurrentes en las relaciones amorosas son los celos, independiente si su sustento es el antecedente de alguna infidelidad pasado o solo inseguridad.
La molestia que se siente cuando la pareja habla de otra persona o mira alguien más, en tu presencia o ausencia, es algo que muchas
veces no se puede controlar, ocasionando discusiones o rupturas.
Pese a que muchos se escudan con el popular dicho "al mirar no hay engaño", eso evita la incomodidad, ni el enfado cuando notamos la mirada masculina en otra mujer, un acto que se sustenta en que, desde las épocas de las cavernas, en la naturaleza del hombre está la búsqueda de varias parejas para reproducirse.
Así lo establece Louann Brizende, la autora del libro "El cerebro masculino", quién explica como el cerebro masculino ha sido programado con el pasado del tiempo para acercarse a una mujer fértil y comenzar una relación amorosa con ella.
La especialista además, establece que hay tres sencillas razones por las cuales ellos miran a otras mujeres:
1- EL CEREBRO:
Una de las diferencias entre el cerebro masculino femenino es que ellos tienen un área de búsqueda sexual 2, 5 veces mayor que la de ellas. Esto no quiere decir que los hombres miren a todas las mujeres con intenciones seductoras, pero si lo hacen con las que sienten atracción física.
2- LA TESTOSTERONA:
Los hombres tienen seis veces más de está hormona que las mujeres, la cual es responsable de controlar los impulsos del cerebro. Es decir, la mayoría de los machos miran a una fémina antes de pesar las consecuencias como un acto reflejo.
3- EL SER HUMANO ES UNA CRIATURA VISUAL.
Mientras ellas se sienten atraídas por rostros conocidos, a ellos les ocurre con alguien que nunca han visto, Por lo mismo, los hombres no dudan en mirar a una mujer atractiva en la calle, aunque sin ganas de seducirla, sino que solo por detener la vista.
Sumado a estos factores, cabe mencionar que la exclusividad amorosa es una característica propia de las relaciones establecidas por el ser humano, pues existen discusiones en torno a si la monogamia es natural o una concepción social.
Por lo mismo, el problema no es la atracción o las miradas hacia otras personas, sino como se maneja la situación y como la resolvemos para que no se convierta en un mal mayor.
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