8 hábitos que te ayudan a reducir el riesgo de cáncer de mama
Aunque
hay factores que escapan a nuestro control, sí existen determinados hábitos que
podemos adoptar o abandonar, según el caso, para prevenir la incidencia del
cáncer de mama
El cáncer de mama es una
enfermedad crónica que se produce por un crecimiento anormal de las células en
el tejido mamario.
Es la segunda causa de muerte por cáncer en la
población femenina y, aunque
en menor medida, también afecta a los hombres.
Las células malignas se proliferan con cierta facilidad y, por
desgracia, tienden a afectar otras partes del cuerpo cuando logran desplazarse
a través de los vasos sanguíneos y linfáticos.
Si bien su detección oportuna aumenta de forma
considerable las expectativas de vida, por ahora sigue siendo catalogado como
uno de los más agresivos.
El riesgo de desarrollarlo incrementa con la edad, dado que los
cambios hormonales y el deterioro biológico de las células facilita su
aparición.
Sin embargo, existen muchos otros factores que
incrementan el riesgo, sobre todo cuando la persona no lleva un
estilo de vida saludable.
Debido a esto, es fundamental mejorar los hábitos
cotidianos, y adoptar costumbres saludables que, además de prevenirlo,
ayuden a tener una mejor calidad de vida.
A continuación te compartimos 8 recomendaciones.
1. Mantener un peso saludable
Tener un peso sano y equilibrado
es fundamental para disminuir el riesgo de cáncer de mama y otras patologías
crónicas.
Tanto el sobrepeso como la obesidad aumentan la tendencia a
desarrollar células malignas, sobre todo después de llegar a la menopausia.
La acumulación excesiva de grasa, sumada a los problemas
metabólicos, incrementan las probabilidades de padecer
esta enfermedad hasta en un 60%.
2.
Conocer los antecedentes familiares
Dado que las cuestiones genéticas son una causa principal de
cáncer de mama, es fundamental que todas estén al tanto de sus antecedentes
familiares.
Si familiares cercanos, como la madre, abuela o hermanas,
tuvieron este tipo de enfermedad, es necesario informar al médico para
tomar las medidas preventivas necesarias.
También deben tenerse en cuenta otros miembros de la familia,
incluyendo los varones.
3.
Realizar autoexámenes mamarios
El autoexamen de seno es una práctica sencilla y saludable que
desempeña un papel principal en la detección oportuna de los tumores.
Palpar los tejidos mamarios y las axilas con los dedos contribuye
a detectar anormalidades como los bultos o las erupciones.
Es conveniente realizarlo frente al espejo, dado que así se
pueden notar cambios en la forma, tamaño y textura de la piel.
4.
Solicitar mamografías regulares
A partir de los 40 años de edad, los riesgos de cáncer de mama
incrementan y, por lo tanto, es primordial solicitar la realización de mamografías anuales.
Aunque hay cierta controversia en la práctica de este examen, en
la actualidad continúa siendo uno de los métodos más efectivos para la
detección oportuna de la enfermedad.
Si bien no lo previene, sí es determinante para descubrir masas
malignas o anormalidades propias de esta patología.
5.
Adoptar una alimentación balanceada
El consumo diario de una
alimentación rica en antioxidantes, vitaminas y minerales es clave para
disminuir el riesgo de todas las variedades de cáncer.
Estos nutrientes esenciales combaten los efectos negativos de
los radicales libres y, de paso, protegen las células
frente a las agresiones.
Además, las fuentes de ácidos grasos esenciales y
proteínas saludables combaten los niveles de inflamación, un
factor asociado con el desarrollo del cáncer.
Por eso, asegúrate aumentar el consumo de:
·
Frutas y vegetales frescos
·
Pescado azul
·
Semillas y frutos secos
·
Legumbres
·
Cereales integrales
·
Carnes magras
6.
Limitar el uso de productos químicos
La exposición a los compuestos tóxicos volátiles de algunos
productos químicos de higiene y belleza incrementa el riesgo de alteraciones
celulares y cáncer.
Aunque se requiere de más datos contrastados para hacer
afirmaciones al respecto, el uso frecuente de estos productos se ha
vinculado con algunos tipos de cánceres.
En el caso de cáncer de mama, los desodorantes y antitranspirantes con parabenos
pueden aumentar el riesgo.
7.
Evitar el alcohol y el tabaco
El consumo excesivo de alcohol y cigarrillo aumenta la presencia
de toxinas en la sangre y, con el tiempo, podrían ser una causa potencial de cáncer
de mama.
Mientras que los antioxidantes de una copa de vino resultan
beneficiosos en su prevención, la ingesta excesiva de alcohol puede ocasionar
alteraciones en las células.
Además, hay una relación entre los compuestos químicos
perjudiciales del tabaco y los tumores mamarios, sobre todo en
las mujeres premenopáusicas.
8.
Hacer ejercicio regular
La práctica regular de ejercicios físicos no solo acarrea
efectos positivos en la salud
metabólica sino que, a largo
plazo, disminuye las probabilidades de cáncer.
Este hábito combate el exceso de peso, facilita la eliminación
de las toxinas y ayuda a mantener un buen funcionamiento
circulatorio y linfático.
Aunque los hábitos mencionados no son milagrosos en la
prevención de esta enfermedad, incluirlos en nuestra rutina
diaria reduce de forma considerable el riesgo.
Procura tenerlos en cuenta desde ahora y comprueba que son
útiles para tu bienestar.
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