¡Oh glorioso
padre san Benito! fervoroso y ejemplar abad, mi gran protector bondadoso y de
cuantos van a ti a suplicar, aleja de mi cualquier influencia maligna, todo mal
y enemigo y libérame de los peligros del alma y cuerpo.
Intercede
por mí ante el Señor para que alivie mis sufrimientos, y las serias
dificultades por las que paso.
Aparta,
condena y rechaza, por la poderosa intercesión de la Cruz, toda mala persona y
toda malicia que puedan dirigir contra mi persona, contra mí familia y mis
allegados.
Líbrame de
fatídicas herejías, de magias, conjuros y hechicerías, aleja de mi persona todo
enemigo aleja al violento, al mentiroso, al envidioso, al mal vecino, al
egoísta y al traidor protégeme de la ira, el odio, los celos y el rencor, de
las malas lenguas, los enredos y difamación, no permitas que me ataquen física
o mentalmente, aparta de mi lado a quien me quiera perjudicar en mi vida
cotidiana, en el trabajo, en el amor o en el hogar, líbrame de todo daño y perversidad, en
especial de esto que me causa preocupación:
(En este
momento cuéntale a San Benito tu problema, para pedir el auxilio de Dios)
Te lo pido
con toda confianza y seguro de tu bondad, tú que fuiste santo con fervor, que
no antepusiste nada ante Cristo desde que lo hallaste en la oración, concédeme
tu amable intercesión.
Glorioso
padre san Benito por tu poder ilimitado sobre los poderes dañinos protégeme,
ampárame y defiéndeme de todo mal, ayúdame a confiar en el amor de Dios,
nuestro Padre y a alcanzar la
perfección de mi vida cristiana, por la salud de mi cuerpo, mente y alma.
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