loading...

sábado, 7 de mayo de 2016

PARA REFLEXIONAR...UNA TRISTE HISTORIA!




Una chica muy arrogante esperaba su vuelo en la sala de un gran aeropuerto.
Como debía esperar un largo rato, decidió comprar un libro y también galletas.
Se sentó para poder descansar y poder leer en paz.
En el asiento de a lado se sentó una señora ya de edad avanzada, que abrió una revista y empezó a leer.
Entre ellas quedaron las galletas. Cuando la chica cogió la primera galleta, la señora también tomo una.
La chica se sintió indignada, pero no dijo nada. Sólo pensó: " Qué descarada esta vieja; si yo fuera más valiente, le diría un par de cosas y le hablara pésimo y le insultaría.
Cada vez que ella cogía una galleta, la señora también tomaba una.
Aquello le indignaba tanto a la chica, que no conseguía concentrarse, ni reaccionar.
Cuando quedaba una sola galleta. 
pensó;  "¿Qué hará ahora está vieja aprovechada?"
Entonces, la señora partió la última galleta y con una media sonrisa en su rostro, sin decirle nada a la chica, dejó media galleta para ella.



¡Ah no!, ¡Aquello le pareció demasiado!, La chica se enfureció, se molestó, quedo muy indignada con tal situación.
Tomó la media galleta, no aguantó más y se las tiró a los pies de aquella señora y le dijo: vieja descarada, se ve que tiene hambre, eso es lo que usted es... una descarada.
Y la señora sólo agacho la cabeza y no respondió nada. 
Se levantaron las dos y cada quién se dirigió a su propio sector de embarque, ya que tenían distintos vuelos y se dirigían, obviamente, a diferentes destinos.

Mientras caminaba a su sector de embarque, muy indignada la chica resoplaba la enorme rabia que llevaba. Cerró su libro, tomó sus cosas y se dirigió a abordar.
Cuando se sentó en el interior del avión, miro dentro del bolso y para su sorpresa, allí estaba un paquete de galletas... intacto y cerrado.
¡Sintió tanta vergüenza! Que se le caía la cara y le dio tanto sentimiento con aquella señora que hasta lloró.
Sólo entonces se dio cuenta de lo equivocada que estaba.
¡Había olvidado que sus galletas estaban guardadas dentro de su bolso!
La señora había compartido todas sus galletas con ella y sin sentirse indignada, nerviosa, consternada o alterada.
Y ya no estaba a tiempo ni tenía posibilidades para dar explicaciones o pedir disculpas.
Pero si para razonar: ¿Cuántas veces en nuestra vida sacamos conclusiones cuando deberíamos observar mejor?.
¿Cuántas cosas no son exactamente como pensamos acerca de las personas?.
Y recordó que existen cuatro cosas en la vida que no se recuperan:
  • Una piedra, después de haber sido lanzada.
  • Una palabra, después de haberla dicho.
  • Una oportunidad, después de haberla perdido.
  • El tiempo, después de haber pasado.


No actuemos apresuradamente, muchas veces en esos impulsos, hasta ofendemos y no nos damos cuenta que las cosas no son como pensamos. Meditemos antes de actuar y ofender. Antes de formarte un juicio de aquello, asegúrate bien, no vaya a ser que dañes a alguien inmerecidamente y que quedes en ridículo y pronto te arrepientas y ya sea demasiado tarde...

Una hermosa reflexión, nos puede ayudar a mejorar...





No hay comentarios:

Publicar un comentario