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viernes, 24 de febrero de 2017

8 HÁBITOS QUE TE AYUDAN A REDUCIR EL RIESGO DE CÁNCER DE MAMA




8 hábitos que te ayudan a reducir el riesgo de cáncer de mama
Aunque hay factores que escapan a nuestro control, sí existen determinados hábitos que podemos adoptar o abandonar, según el caso, para prevenir la incidencia del cáncer de mama



El cáncer de mama es una enfermedad crónica que se produce por un crecimiento anormal de las células en el tejido mamario.
Es la segunda causa de muerte por cáncer en la población femenina y, aunque en menor medida, también afecta a los hombres.
Las células malignas se proliferan con cierta facilidad y, por desgracia, tienden a afectar otras partes del cuerpo cuando logran desplazarse a través de los vasos sanguíneos y linfáticos.
Si bien su detección oportuna aumenta de forma considerable las expectativas de vida, por ahora sigue siendo catalogado como uno de los más agresivos.
El riesgo de desarrollarlo incrementa con la edad, dado que los cambios hormonales y el deterioro biológico de las células facilita su aparición.
Sin embargo, existen muchos otros factores que incrementan el riesgo, sobre todo cuando la persona no lleva un estilo de vida saludable.
Debido a esto, es fundamental mejorar los hábitos cotidianos, y adoptar costumbres saludables que, además de prevenirlo, ayuden a tener una mejor calidad de vida.
A continuación te compartimos 8 recomendaciones.

1. Mantener un peso saludable


Tener un peso sano y equilibrado es fundamental para disminuir el riesgo de cáncer de mama y otras patologías crónicas.
Tanto el sobrepeso como la obesidad aumentan la tendencia a desarrollar células malignas, sobre todo después de llegar a la menopausia.
La acumulación excesiva de grasa, sumada a los problemas metabólicos, incrementan las probabilidades de padecer esta enfermedad hasta en un 60%.




2. Conocer los antecedentes familiares

Dado que las cuestiones genéticas son una causa principal de cáncer de mama, es fundamental que todas estén al tanto de sus antecedentes familiares.
Si familiares cercanos, como la madre, abuela o hermanas, tuvieron este tipo de enfermedad, es necesario informar al médico para tomar las medidas preventivas necesarias.
También deben tenerse en cuenta otros miembros de la familia, incluyendo los varones.

3. Realizar autoexámenes mamarios


El autoexamen de seno es una práctica sencilla y saludable que desempeña un papel principal en la detección oportuna de los tumores.
Palpar los tejidos mamarios y las axilas con los dedos contribuye a detectar anormalidades como los bultos o las erupciones.
Es conveniente realizarlo frente al espejo, dado que así se pueden notar cambios en la forma, tamaño y textura de la piel.

4. Solicitar mamografías regulares

A partir de los 40 años de edad, los riesgos de cáncer de mama incrementan y, por lo tanto, es primordial solicitar la realización de mamografías anuales.
Aunque hay cierta controversia en la práctica de este examen, en la actualidad continúa siendo uno de los métodos más efectivos para la detección oportuna de la enfermedad.
Si bien no lo previene, sí es determinante para descubrir masas malignas o anormalidades propias de esta patología.

5. Adoptar una alimentación balanceada






El consumo diario de una alimentación rica en antioxidantes, vitaminas y minerales es clave para disminuir el riesgo de todas las variedades de cáncer.
Estos nutrientes esenciales combaten los efectos negativos de los radicales libres y, de paso, protegen las células frente a las agresiones.
Además, las fuentes de ácidos grasos esenciales y proteínas saludables combaten los niveles de inflamación, un factor asociado con el desarrollo del cáncer.
Por eso, asegúrate aumentar el consumo de:
·         Frutas y vegetales frescos
·         Pescado azul
·         Semillas y frutos secos
·         Legumbres
·         Cereales integrales
·         Carnes magras

6. Limitar el uso de productos químicos

La exposición a los compuestos tóxicos volátiles de algunos productos químicos de higiene y belleza incrementa el riesgo de alteraciones celulares y cáncer.
Aunque se requiere de más datos contrastados para hacer afirmaciones al respecto, el uso frecuente de estos productos se ha vinculado con algunos tipos de cánceres.
En el caso de cáncer de mama, los desodorantes y antitranspirantes con parabenos pueden aumentar el riesgo.

7. Evitar el alcohol y el tabaco


El consumo excesivo de alcohol y cigarrillo aumenta la presencia de toxinas en la sangre y, con el tiempo, podrían ser una causa potencial de cáncer de mama.
Mientras que los antioxidantes de una copa de vino resultan beneficiosos en su prevención, la ingesta excesiva de alcohol puede ocasionar alteraciones en las células.
Además, hay una relación entre los compuestos químicos perjudiciales del tabaco y los tumores mamarios, sobre todo en las mujeres premenopáusicas.




8. Hacer ejercicio regular

La práctica regular de ejercicios físicos no solo acarrea efectos positivos en la salud metabólica sino que, a largo plazo, disminuye las probabilidades de cáncer.
Este hábito combate el exceso de peso, facilita la eliminación de las toxinas y ayuda a mantener un buen funcionamiento circulatorio y linfático.
Aunque los hábitos mencionados no son milagrosos en la prevención de esta enfermedad, incluirlos en nuestra rutina diaria reduce de forma considerable el riesgo.
Procura tenerlos en cuenta desde ahora y comprueba que son útiles para tu bienestar.



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